Erase que había dos.
El uno era un ser voraz.
Nada le satisfacía. Él siempre quería más.
Nunca logró ser feliz y desgració a los demás.
El otro valoraba el beso, la amistad, una sonrisa.
Valoraba lo sencillo pues él era la humildad.
Diferencia entre Hombre y niño.
El Hombre color de su Fuego intenso.
Para el niño los pastel, los colores desvaídos.
Cuando alcanzaron la parca en este su caminar
el primero iba vacío, fondo el saco no tenía.
El otro se hallaba pleno, de llenura rebosaba.
Yo miro la manzanilla. Su exuberante belleza,
su hermosura natural y que me da manzanilla
Por valorar cuanto da, más me lleno cada día.
El valor de la sencillez de la verdad de lo humilde, de lo cotidiano, en definitiva del valor de lo auténtico.
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