Hubo y hay cabezas por las que merece la pena, para mi alegría, retirarse a un lado y escucharlas, tan solo escucharlas sin abrir el pico pues embelesan con esa su forma de transmitir su conocimiento. Son cabezas brillantes, diamantinas, gemas preciosas. En TW también hay de esas cabezas. Yo ante ellas me echo a un lado y reclino mi cabeza, una cabeza que no quise ni quiero atraiga de nadie la atención más que para atraerles a prestar atención a dichas ricas, multimillonarias cabezas que tanto, tanto nos pueden enseñar y nos enseñan con sus blog, con TW.
No es difícil reconocerlas. No queriendo olvidar a ninguna callaré sus nombres.
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