Era una vez un Amor.
Le llamaban Amor Propio
Por él todo hacia bien, todas obras eran buenas
Prodigaba el obrar bien por Amor a él, Amor Propio
Tanta su sabiduría, rico en conocimiento,
que si algo muy bien sabía es que le repercutía
vivir en un mundo sano, vivir en un mundo bueno
en que todos Amor Propio, semilla de los demás.
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