Hace ya un par de años me cuenta una enfermera, DUE, sobre el conocido como El Violador del Eixample, Barcelona, que apenadas por su situación global, entre otras cosas parece ser no recibía visitas y tal, desconociendo que era él le trataban con todo afecto. Más he aquí que una descubrió que era El Violador del Eixample. Esta información hizo que su actitud hacia él cambiase por completo. Siendo profesionales el cariño y el mimo que acompañaba a dicho afecto desapareció por completo. El trato, siendo profesional, se hizo meramente mecánico.
La Realidad es esa. Y es justo no tratar igual a quien te inspira, estimula el afecto que a quien no. En el trato a los segundos falta ese ingrediente esencial que decimos Amor.
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